Compromisos sociales, gastos, organización de reuniones familiares, balance del año, alcohol, comidas grasas o azucaradas y prisas por llegar a los eventos. Todo ello forma parte de la ‘cara oculta’ de la Navidad. Se trata de un precio a pagar por disfrutar de este periodo vacacional, pero no es algo inocuo: todo ello desemboca en un gran agotamiento emocional al concluir las fiestas.
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