¿Cómo acompañar un diagnóstico de cáncer de mama?
Hacer deporte, mantener una cuidada higiene y una dieta saludable son algunas de las claves para afrontar el shock inicial
Nadie está preparado para afrontar el momento en que te comunican que padeces un cáncer de mama. La persona afectada, así como familiares y amigos que le sirven de apoyo, suelen bloquearse ante tal situación (lógicamente). Existen fórmulas, acciones e iniciativas que ayudan a emprender el camino de la lucha contra el cáncer con una actitud alejada del pesimismo.
Padecer la enfermedad no significa convertirte en ella. Tras recibir la noticia de que padeces cáncer de mama, toda tu vida se refleja tras una lente capaz de distorsionarla en cuestión de segundos. “Recibir un diagnóstico de cáncer de mama puede ser uno de los momentos más difíciles por los que puede pasar una mujer. El estado inicial suele suponer un shock emocional que en muchas ocasiones sienten como si no estuvieran viviendo la realidad”, comenta Ana Asensio, psicóloga de Vidas en Positivo.
Los caminos de la psique son inescrutables y las fases que se atraviesan varían a lo largo del tratamiento. En primer lugar la negación y la incredulidad producen desconcierto, incertidumbre, miedo y tristeza. Las emociones son difícilmente controlables y se recurre a ayuda profesional con el objetivo de mejorar el estado de ánimo. “Es importante saber que no es malo estar triste de vez en cuando. Hemos de considerar el ánimo, la esperanza y la actitud positiva como una estrategia terapéutica más a fomentar, poniendo énfasis en la detección precoz de síntomas depresivos que fomentan la actitud contraria de negativismo y desesperanza”, comenta la psicóloga.
El tratamiento psicológico de la afectada se enfoca en el empoderamiento para que tome las riendas de su tratamiento a sabiendas de la necesidad de adaptarse a los cambios que producen tanto el cáncer como los tratamientos en todos los ámbitos (situación personal, laboral y familiar). “Desde el punto de vista psicológico la ayuda está enfocada principalmente a mejorar el estilo de afrontamiento de la enfermedad, a tener una actitud positiva, a conocer detalladamente el tratamiento, su enfermedad, sus síntomas y cambios físicos, y a tener técnicas y estrategias para afrontar la inseguridad, el estrés, la angustia o temor que se genera“, señala Asensio.
EL ENTORNO DE LA PACIENTE ES CLAVE
La mayoría de las personas que conocen algún caso de cáncer de mama repite mensajes positivos de manera constante para animar a la paciente. Pero no por mucho recitar significa que surta efecto. Es importante tener una actitud positiva, pero hay más consejos que pueden ayudar a acompañar un proceso tan duro. La psicóloga de Vidas en Positivo nos da algunos de ellos:
- El miedo o ansiedad, incertidumbre, angustia, rabia y desconcierto son emociones que aparecen también en el entorno. Es muy saludable buscar apoyos o ayuda profesional que además de explicarnos cómo acompañar a nuestro familiar para poder entenderle y ayudarle, sirve de apoyo durante este proceso donde todos sufren.
- Cuidarse y concienciarse de que la convivencia con el cáncer es un camino largo y difícil. Y prepararse tanto para la muerte, como para la vida. Es importante saber lo que puede pasar sin tirar la toalla. Pensar que la palabra cáncer no es sinónimo de muerte y afrontarlo con la intención de superarlo.
- Conectar con el día a día, vivir en presente, valorar la vida, priorizar lo que es importante y disfrutar de cada momento juntos. Es la oportunidad que ofrece la vida: agradecer cada minuto de vida y rodearte de los que más quieres haciendo lo que más se desea.
- Pensar que hay vida después del cáncer e incluso que la enfermedad tiene su enseñanza, porque se aprende a aprovechar cada momento que la vida nos brinda. Aunque el día del diagnóstico parece imposible, la vida vuelve y se recupera.
LA VIDA SIGUE
Valérie Dana es la directora de La Vida en Rosa, una publicación semestral que nació hace seis años con la idea de acompañar y abrazar a la paciente. Su lema es “hablemos de cáncer entre nosotras”, pero en la revista no solo se tratan temas relacionados con el cáncer. Hay belleza, moda, salud y otros temas de interés porque la mujer va a seguir comprando y cuidándose, quizá incluso más que otras. “Una mujer tiene una vida. El cáncer irrumpe, pero ella trabaja, tiene marido, hijos, amigos.. Y esta vida es una vida normal independientemente del miedo, la ansiedad de los primeros tratamientos, perder o no el pelo, mastectomía… Al lado de todo esto, la casa sigue, la familia sigue, los amigos siguen. Quizá tengamos que pedir ayuda, porque hoy en día la mujer sigue llevando mucho peso en nuestra sociedad. ¿El hecho de tener cáncer es convertirte en la enfermedad? Yo digo que no” sentencia con absoluta seguridad.
Por todo ello en su revista dan cabida a temas tan variados como los que aparecen en el último número (por poner algún ejemplo): club rose, una asociación que organiza encuentros donde se habla de todo menos del cáncer, haciendo hincapié en mindfulness y bienestar.
MIMOS PARA LA AFECTADA
La aseguradora AEGON ha elaborado un informe con una serie de pautas para los familiares que quieran cuidar de una paciente diagnosticada con cáncer de mama. Sus propuestas son asequibles para todo el mundo y consisten en prácticas diarias que son proclives a fomentar una actitud positiva frente a la lucha contra la enfermedad.
- Promover la actividad física y el descanso. El sistema inmunológico debe fortalecerse para afrontar el tratamiento. El cansancio, la fatiga y la desgana son algunos de los efectos secundarios. De ahí la importancia de ayudar a mantener un estilo de vida activo, realizando el ejercicio físico que le sea posible. Al igual que el descanso es vital. Es recomendable crear un plan de actividades durante el día que le permita llegar a la cama más cansado y, en caso de que haya dificultades para dormir, recurrir a masajes y baños calientes antes de acostarse antes que recurrir a más medicación contra el insomnio.
- Proteínas y carbohidratos, fuente de energía para el sistema inmunológico. Los medicamentos pueden ser agresivos para el cuerpo y dan lugar a náuseas, falta de apetito y una disminución notable de la fuerza contra posibles infecciones. Para dar más anergía al cuerpo se recomienda realizar comidas a menudo en cantidades moderadas donde se consuman más proteínas, carbohidratos y lácteos. Y si las náuseas son tan fuertes que los pacientes prefieren no comer lo mejor es facilitar aquello que más apetezca cuando se tenga apetito y no forzar al cuerpo.
- Una buena higiene contra infecciones. La principal consecuencia de los tratamientos contra el cáncer es la bajada de las defensas. Para mantener alejadas las infecciones, el cuidado diario de la higiene personal es una rutina obligatoria no solo para las pacientes, sino también para todos aquellos que vayan a tener contacto con ellas. Incluso los alimentos manipulados deben de ser lavados cuidadosamente.
- Cuidados de la piel. La cirugía, terapias hormonales e incluso la quimioterapia, tienen también efectos secundarios sobre la piel. Para trata el enrojecimiento, la sequedad de la piel o la hiperpigmentación se deben evitar cremas con químicos fuertes, depilaciones, peelings, pegamentos o tatuajes que puedan ser demasiado agresivos con la piel. Además, para pacientes que pasan por el quirófano existe el riesgo de desarrollar un linfedema, una acumulación del líquido en el brazo. Si los familiares tienen los conocimientos suficientes es posible promover la circulación de líquidos mediante drenajes linfáticos.
- Afrontamiento activo y positivo. No se debe rehusar la ayuda psicológica porque el pronóstico también depende del ajuste emocional. El apoyo externo ayuda a enfrentarse a la enfermedad con fortaleza y convicción. La familia, los amigos y las personas más cercanas son pilares fundamentales. Es importante aprender a gestionar los sentimientos negativos para mantenerlos a raya durante el proceso de lucha contra la enfermedad.