Alteraciones del habla en niños: cuándo ir al logopeda y cómo actuar en casa
Es normal que exista cierta preocupación al notar que el vocabulario de nuestro hijo es muy básico para su edad cronológica y sus oraciones cortas, gramaticalmente incorrectas e incompletas. ¿Pero cuándo hay que buscar ayuda profesional?
Los niños con dificultades y/o trastornos del desarrollo del lenguaje, a menudo comienzan a hablar más tarde que los niños de su edad. Este retraso no está relacionado con su nivel de inteligencia y habitualmente presentan problemas en el lenguaje expresivo y receptivo antes de los cuatro años de edad. Se estima que alrededor del 10% por ciento de los niños en edad escolar presenta alguna dificultad relacionada con el lenguaje. En muchas ocasiones son simples retrasos del habla, o comúnmente llamados “hablantes tardíos”, pero en otras ocasiones puede existir algo más y es importante identificar ante qué caso estamos.
Es habitual que la primera llamada de atención sea desde la escuela infantil o colegio, a veces por algún familiar, en ocasiones la preocupación viene de los propios padres al darse cuenta alguna diferencia con respecto a amiguitos primos y hermanos, o en otras la prescripción viene del pediatra en alguna de las revisiones en torno a los 24-36 meses.
Es cierto que hasta los 2 años no suele alarmarnos la no expresión de palabras correctamente, ni debe hacerlo. Pero si es interesante conocer los precursores o hitos que deben aparecer sabiendo que estos tienen un margen de meses para su parición. Lo importante a observar lo siguiente:
1. Hitos comunicativos: miradas, referencias, peticiones, demandas, imitaciones..
2. Hitos sonoros: gorjeos, emisiones vocálicas, balbuceos, imitaciones de sonidos…
3. Es importante descartar que no exista otra alteración o dificultad de base desde el nacimiento, o a nivel muscular en la zona oro facial.
4. Y a partir de ahí ver que poco a poco observar cómo se va desarrollando el lenguaje, cómo se van componiendo palabras o aproximaciones de estas, y cómo se va adquiriendo mayor vocabulario, cómo se empieza la creación de frases sencillas…etc.. hasta llegar al uso social del lenguaje y al aprendizaje en lectoescritura.
Los trastornos del lenguaje pueden hacer difícil que los niños entiendan lo que las personas les dicen y expresar sus propios pensamientos y sentimientos a través del habla. También pueden afectar cómo los niños aprenden y cómo se socializan.
Existen signos de alarma a tener en cuenta para observar el desarrollo y evolución del lenguaje o consultar un seguimiento de un profesional especializado. Estos son los siguientes hitos por edades:
Nivel Expresivo
A los 15 meses, no usa tres palabras
A los 18 meses, no dice “mamá”, “papá” u otros nombres
A los 24 meses, no usa al menos 25 palabras
A los 30 meses, no usa frases de dos palabras, incluyendo frases con un sustantivo y un verbo
A los 36 meses, no tiene al menos un vocabulario de 200 palabras, no pide las cosas por su nombre, repite las mismas preguntas hechas por otros, parece haber perdido algunas habilidades de lenguaje o no usa oraciones completas
A los 48 meses, a menudo usa palabras de manera incorrecta o usa una palabra similar o relacionada en lugar de la correcta.
Nivel Receptivo
A los 15 meses, no mira o señala personas u objetos cuando son nombrados por un padre o cuidador.
A los 18 meses, no sigue instrucciones simples como “toma tu abrigo”.
A los 24 meses, no es capaz de señalar en una foto o en el cuerpo cuando una parte del cuerpo es nombrada.
A los 30 meses, no responde en voz alta o moviendo la cabeza, y no hace preguntas.
A los 36 meses, no sigue instrucciones de dos pasos y no entiende palabras referentes a acciones.
A nivel general podríamos sospechar que existe una dificultad en el lenguaje a tratar si:
Presentan un vocabulario limitado acorde al que debería tener a su edad cronológica.
Frecuentemente realiza sustituciones de palabras concretas por palabras generales como “cosa” o “eso”, o incluso palabras inventadas “lala”, “yuyo” que pueden o no aproximarse en su pronunciación a la palabra original.
Tiene dificultades aprendiendo y adquiriendo nuevas palabras a su vocabulario.
Omite palabras centrales y confunde los tiempos verbales.
Repite mucho ciertas frases y palabras cuando habla
Se muestra en ocasiones frustrado y lo manifiesta conductualmente por su dificultad para comunicarse, expresarse o hacerse entender correctamente.
Evita en ocasiones el hablar o la comunicación.
Hace un uso excesivo del lenguaje gestual, señalando o llevándonos.
Presente dificultades con la pronunciación de fonemas que deberían estar presentes a determinadas edades cronológicas a partir de los 4 o 5 años.
Factores a tener en cuenta
El primer paso al evaluar el problema es descartar un problema auditivo. Las dificultades auditivas son causas comunes de los problemas del lenguaje. Si no se encuentran dificultades auditivas, y siguiéramos preocupados por el desarrollo del lenguaje de nuestro hijo, podemos buscar a un logopeda, un psicólogo o neuropsicólogo especialista en lenguaje para que lo evalúe y nos oriente.
Algunos niños con trastornos del lenguaje también tienen otras dificultades asociadas relacionadas entre las que se encuentran las más comunes como las dificultades con la lecto escritura o trastorno por déficit de atención (TDA) o Trastornos del espectro autista (TEA). Y esto es importante detectarlo y evaluarlo para poder aplicar la intervención adecuada a cada caso.
Los trastornos del lenguaje pueden afectar a los niños de diferentes maneras, tanto social como académicamente. Estos son algunos ejemplos:
– Habilidades sociales: entender lo que otros están diciendo y expresarse a sí mismo por medio de palabras ayuda a los niños a formar relaciones. Cuando los niños no se pueden comunicar claramente, pueden tener dificultades para hacer amigos y formar parte de un grupo social. Puede que prefieran estar solos y volverse tímidos o distantes.
– Problemas académicos: algunos niños con trastornos del lenguaje también tienen dificultades con la lectura y con la escritura debido a la limitación de su vocabulario y escaso entendimiento de la gramática.
Muchos niños con retrasos del habla son “hablantes tardíos” y se ponen al día por sí solos. Sin embargo, la mayoría de los expertos recomiendan buscar ayuda si sospecha que hay algún retraso en el desarrollo de su hijo.
Es importante tratar o estimular a los niños con trastornos del lenguaje tan pronto como sea posible. Las estrategias de tratamiento que pueden ayudar a su hijo incluyen:
Terapia del lenguaje individual: un logopeda o especialista en terapia de comunicación y lenguaje puede trabajar individualmente con tu hijo para desarrollar su vocabulario y mejorar su gramática.
Psicoterapia: si tu hijo tiene problemas emocionales asociados como resultado de sus dificultades con el lenguaje, podrías valorar contar con la ayuda psicológica para él y para la familia.
Adaptación curricular escolar si fuese necesario.
Orientación familiar: es importante que la familia tenga unas pautas y orientación para estimular a su hijo en casa, desde el lenguaje, desde cómo poder adaptarse a su desarrollo y desde intervenir sobre la conducta cuando existen problemas en esta.
Es frecuente que los niños con grandes dificultades del lenguaje también presenten alteraciones en su conducta. La frustración en la comunicación hace que en ocasiones los niños parezcan tener mala educación o “ser malos” cuando lo que necesitan realmente es un vía de comprensión y entendimiento con el mundo.
¿Qué podemos hacer desde casa?
– Comunícate con tu hijo tanto como puedas: durante los años de infancia temprana en los 7 primeros años, el lenguaje hace su máxima explosión cognitiva en nuestro cerebro, y a pesar de que poseemos cierta plasticidad cerebral, es importante que en esas edades la estimulación del lenguaje esté muy presente.
– Actividades lúdicas en el hogar en la rutina: se puede estimular el lenguaje en casa de una manera muy lúdica con música, cuentos, canciones con gestos, juegos vocales, juegos de vocabulario a través de gestos, adivinanzas sencillas y adaptadas, lecturas atractivas con preguntas de comprensión, escucha de historias, etc…también se puede estimular ampliando el vocabulario cotidiano ( que prendas nos ponemos, qué comida estamos usando para preparar la cena, qué colores tenemos en el jardín, etc…), jugar a las expresiones, las redacciones, o fomentar el desarrollo de la lecto escritura, apoyará mucho al lenguaje.
– Practicad la lectura como una experiencia lúdica e interactiva: pregúntale a tu hijo acerca de los dibujos del libro, proponle que invente un nuevo final o que represente la historia con marionetas. Leed cada uno una palabra o frase, o denominar un dibujo y animaros a aprender rimas o inventároslas, así como canciones infantiles. Para niños mayores podéis jugar también a las o palabras prohibidas o tabú haciendo definiciones de cosas sin poder usar un determinado vocabulario, o podéis jugar a “quién soy” o “quién es quién”, mientras hacemos preguntas de si o no de un personaje al que tenemos que llegar con esas preguntas, etc.
La estimulación del lenguaje en casa y los juegos van a depender de la edad del niño, de la madurez y/o capacidad cognitiva, así como y del trastorno o grado de dificultad que presenta. Pero en cualquier caso la estimulación en comunicación y lenguaje siempre es algo muy positivo a todos los niveles que no solo nos enseña a hablar y a pronunciar, si no también nos da un espacio para aprender y hacernos entender comunicándonos con los demás.