¿La Navidad te produce sentimientos encontrados? Cinco consejos de una experta para vivirla felizmente y sin estrés
La Navidad es una época un tanto ambivalente para muchas personas. De un lado, es imposible resistirse a la magia que transmite y a la emoción que los niños nos contagian. Pero por otro lado, hay quien se siente a veces como un auténtico grinch, bien sea por los compromisos sociales que todos tenemos y que no siempre agradan, o porque cuando la Navidad se vive con una ausencia importante, todo parece tener menos sentido.
Si eres de los que al mismo tiempo amas y odias la Navidad, la psicóloga y doctora en Neurociencia, Ana Asensio, nos ofrece las claves para vivir esta época del año tan intensa con la mayor felicidad y tranquilidad posible.
Vive la Navidad acorde a tus valores
Lo que la Navidad puede simbolizar para unos no tiene por qué ser lo mismo para otros, y darnos cuenta de estas diferencias en el sentir puede llegar a abrumarnos o estresarnos. En este sentido, Ana Asensio nos aconseja preguntarnos qué es la Navidad para nosotros y cómo queremos vivirla.
Si la Navidad te llena de alegría y bondad, y te sientes invadido por un espíritu especial, vívela plenamente. Disfruta del ambiente de las calles, de las luces, de la decoración de tu hogar, de los regalos… Aprovecha esta preciosa oportunidad para hacer un homenaje a los buenos sentimientos que existen en el corazón de las personas.
Si por el contrario, la Navidad no te gusta y no sintonizas con el ambiente, Ana aconseja no sentirse culpable, raro o desdichado. Quizá esta época del año necesites vivirla en calma y de manera austera, o bien en compañía y viajando. Sea como sea, elige aquella forma de vivir que te haga feliz y te permita estar en sintonía contigo mismo.
Si queremos que la Navidad no gire en torno al consumismo, no contribuyamos a ello
La mayoría de los padres tratamos de inculcar a nuestros hijos la necesidad de vivir la Navidad prestando atención a lo verdaderamente importante: pasar tiempo en familia y disfrutar de la compañía de quienes más queremos, evitando caer en un excesivo consumismo.
Pero no siempre somos coherentes con lo que pensamos y decimos, y lo que hacemos. En este sentido, es fundamental no dejarnos embaucar por la cantidad de cosas materiales que nos rodean en esta época (compras, vestidos, juguetes, delicatessen, viajes, bebidas…), para así vivir la Navidad con el sentido que se merece.
Olvidarse de las rencillas familiares
En muchas familias se viven rencillas o desavenencias que parecen acrecentarse en esta época del año, convirtiendo las comidas y cenas navideñas en “compromisos” que no apetecen y que generan un gran estrés.
Para que esto no suceda, la psicóloga nos aconseja apartar momentáneamente cualquier conflicto familiar cuando nos reunamos, pues de lo contrario podrían surgir discusiones o enfrentamientos de los que nos arrepintamos más adelante.
Recuerda con naturalidad a los que ya no están
Las ausencias de los seres queridos duelen siempre, pero especialmente en Navidad, pudiendo llegar a deprimirnos, angustiarnos o estresarnos. Ana nos aconseja hacer un hueco a esa persona que ya no está con nosotros, recordándole entre todos y manteniendo viva su presencia con anécdotas y recuerdos que nos arranquen una sonrisa.
Aunque inicialmente puede ser un ejercicio muy duro, recordar y hablar con naturalidad de nuestros seres queridos fallecidos es algo necesario y saludable, pues callar la ausencia solo aporta dolor.