Discusiones familiares: el clásico navideño que puedes evitar
Una psicóloga nos cuenta cómo podemos mantener la calma a pesar de todo
Navidad es amor, luces, regalos, risas, celebración y cariño. Navidad es brindis, dulces y villancicos. Es tiempo de reuniones familiares. Reencuentros y conversaciones. ¡Y qué conversaciones! A veces en estas la tensión cobra protagonismo y en circunstancias así es recomendable contar con suficientes herramientas psicológicas que nos puedan ayudar a mantener la calma. De ahí que hayamos recurrido al consejo de la psicóloga Ana Asensio, creadora del proyecto “Vidas en Positivo”. Lo primero que nos advierte la experta es las discusiones familiares ¡se pueden prever! Comenta que suelen darse más entre hermanos o cuñados. A veces también entre padres e hijos. Dice que generalmente suelen ser por heridas del pasado, por temas económicos, de afecto, de incompatibilidad de caracteres o por dificultades de comunicación y malos entendidos. Con el fin de que mantener la calma esta Navidad sea más sencillo, la experta nos ha dado una serie de tips.
“La Navidad suele ser una época de reuniones familiares y es posible que en algunos casos haya temas pendientes”, comenta Ana Asensio. Nos dice que lo primero es valorar si de verdad es esencial poner sobre la mesa determinadas cuestiones. Comenta que esto es pertinente sopesarlo sobre todo cuando tenemos hijos o cuando nuestros padres ya son mayores. Quizá no sea el momento. ¡Piénsalo! Asensio nos invita a hacer un acto de reflexión. “Es importante saber si nosotros estamos recelosos con algo, si alguien puede estar molesto y lo más importante: decidir si queremos abordar escenas desagradables en reuniones familiares“.
Según la psicóloga, otro de los aspectos que tenemos que valorar es si estamos o no preparados para pasar mucho tiempo en familia. Sostiene que “debemos modularlo con inteligencia de vida”. “Si una cena la llevamos bien, perfecto, pero si vemos que tres días juntos hará estallar la bomba, mejor evitamos este tipo de situaciones”, aconseja. “A veces es mejor el contacto breve y aclarar las situaciones en otros momentos de mayor calma y elegidos para ello expresamente”, agrega. Según la experta, el hecho de conocer cuánto tiempo es para nosotros agradable estar en familia es muy importante. “Conocer esto de nosotros hará que nuestra medida sea la adecuada y podamos disfrutar el tiempo justo”, revela.
De cualquier forma, Asensio nos cuenta que no tenemos que ser alarmistas. En esta época del año, más que en ninguna otra, debemos, a su entender, relativizar y pensar que si tenemos algo pendiente de solucionar es mejor que espere un poco más. Advierte que no se trata de ser falsos o de estar reprimidos. Asegura que es cuestión de “ser maduros y tomar consciencia de qué momentos son más adecuados para resolver nuestros temas inconclusos”. La abstracción y la empatía son herramientas esenciales que deben venir con nosotros en Navidad a cualquier parte.
La recomendación general de Ana Asensio es que disfrutemos en Navidad todo lo que podamos. “La mayoría de los enfados son malos entendidos y dificultades en la comunicación, poner de nuestra parte para querer comprender hace muchísimo por mejorar cualquier relación”, dice la especialista. Y lanza una frase final que probablemente nunca vayamos a olvidar: “no tendríamos enemigos si conociéramos la historia secreta de cada uno de ellos”.
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