Cómo ser coach de tus hijos sin dejar de ser madre
Cuando decidimos acudir a un profesional o pensamos en formarnos en educación emocional, no necesariamente tiene que existir algún problema… Conocer este tipo de educación nos beneficia a nosotros y a nuestros hijos
Muchas veces no necesariamente tenemos que tener en casa un problema o una dificultad para tomar la decisión de acudir a un profesional que nos oriente para educar a nuestros hijos, o formarnos en educación emocional y tener esa motivación de hacerles un regalo de vida.
Aprender de educación emocional no sólo beneficia a nuestros hijos o a la familia, directamente es un regalo para nosotros que también evolucionamos, aprendemos y nos sentimos muy plenos realizando esta tarea que nace tanto del corazón.
¿Qué podemos hacer para empezar a ser coach de nuestros hijos en casa?
- Educar en calma y serenidad. Una enseñanza que también es muy importante hoy día y que la utilizaremos también el resto de nuestra vida como herramienta: el aprendizaje de volver a la calma y conectar con nuestra serenidad. Todos sabemos lo rápido que es el mundo actualmente y la cantidad de estimulación que tenemos. Por lo que una parte de nosotros, y de nuestra cultura, estará orientada a tener objetivos, a hacer, a conseguir, a actuar, a soñar, etc…Pero, otra parte estará orientada a saber entrar en calma, saber respirar, aprender a estar en silencio, conectar con nuestro silencio interior, aprender a parar, conectar con el cuerpo, desarrollar la espera, el aburrimiento, no hacer “nada” y conectar en ratitos con esa “despreocupación” sana de que no hay tareas pendientes y nuestra cabeza y cuerpo pueden descansar.
- Educar en emociones. Vital aprendizaje para conocer lo que nos sucede por dentro, lo que sentimos, las sensaciones que tenemos, etc… Cuando queremos ser coach de nuestros hijos es importante conocer emociones, saber leerlas, hablar de ellas, y apoyarles en el reconocimiento de las mismas. También es importante enseñar a gestionarlas. Por ejemplo, un enfado puede traducirse en ira y explosión, pero también puede traducirse en estar serio durante un tiempo determinado… Lo importante será que nuestros hijos aprendan a sentir y a decidir la gestión de la emoción evaluando las consecuencias y lo que necesitan.
- Educar en la confianza. La confianza es algo que se aprende y desarrolla desde niños, y se sigue formando en los adultos. Confiar es importante para nuestra felicidad interior, es un estado interno de seguridad y certeza. Sentir confianza siempre nos ayudará a no sentir miedo continuo, y paralizarnos o huir. Para educar a nuestros hijos en la confianza, además de manifestarles nuestra confianza madura en la vida, es importante confiar en ellos, estar a su lado, observando y cuidando los movimientos pero no haciéndolo por ellos o evitando que hagan algo que se entiende como natural por miedo a que les suceda algo. Al igual que cuando son adolescentes y salen con amigos al cine, puede venirnos sensación de miedo o desconfianza, pero es importante conectar con la confianza, evaluar fríamente la situación, sentir esa conexión en confianza con nuestros hijos. Esta es la mejor manera de autoayudarse.
- Educar en valores. La educación en valores es un gran tesoro para nuestra familia y para construir un mundo mejor. Los valores de vida como el perdón, la empatía, la generosidad, la amabilidad, la solidaridad, el respeto, la coherencia, el compromiso, la responsabilidad, la verdad, y muchos más, son grandes regalos de vida sobre los que crecer y vivir. Y es muy sabio saber educar a nuestros hijos en valores. Para poder poner en práctica este punto, en casa, cada día podéis hablar de un valor, de cómo lo habéis practicado durante ese día y cómo os habéis sentido, por ejemplo.
- Educar en la reflexión: Es importante como coach de tus hijos educarlos en reflexionar, pensar antes de actuar, y que puedan ir conforme van madurando. Para este ejercicio podemos emplear el “POPA” (para, observa, piensa y actúa). De esta manera podrán evaluar situaciones desde un lado emocional y reflexivo, y aprenderán a responder en lugar de reaccionar.
- Aprender a aceptar. Un gran aprendizaje de vida. Es importante recordar que aceptar no es resignarse, sino que aceptar es saber gestionar la emoción que nos produce una situación que no ocurre como desearíamos. A veces aceptar implica asumir límites o limitaciones que producen frustración o aprender a responsabilizarse de determinadas acciones. Aceptar implica también discernir, ya que es importante poder pensar, reflexionar y diferenciar entre aquellas situaciones que puedo y quiero cambiar, de aquellas otras situaciones que aunque quisiera, no puedo cambiar.
Hay muchas formas de enseñar a nuestros hijos a aceptar. En primer lugar hablando de ello con naturalidad y darle el valor que tiene, aceptar es de valientes también. También se puede fomentar el aprendizaje de la aceptación con materiales específicos, ya que hay cuentos muy bonitos que hablan de historias de aceptación. Uno de ellos es Así es la vida que explica para niños de primaria en adelante cómo aceptar situaciones y el valor que tiene aprender a aceptar como un recurso que nos ayuda a nosotros mismos.
Ejemplos de frases para nuestros hijos:
- “Hay cosas que no me gustan, pero te sigo queriendo, no lo olvides”
- “Recuerda que estoy aquí”
- “Confía en ti, yo confío en ti”, “Ten confianza”
- “¿Cómo te sientes, estás bien, te puedo ayudar en algo?”
- “A veces las vida tiene obstáculos en el camino, eso es normal y además nos ayuda a aprender otras cosas que pueden ser muy valiosas”
- “Siento si te hice daño, no era mi intención, te pido perdón de corazón y me gustaría poder repararlo y hacerte sentir bien”
- “Cómo estás, sientes miedo? Yo a veces también lo siento, sólo es miedo, una emoción. ¿Te ayudo a atravesar este miedo?”
- “Las decisiones que tomamos cuando no traen lo que esperábamos no son errores, son una experiencia más”
- “Te admiro por….”
- “Me encanta que seas mi hijo”
- “Quieres que te cuente cómo me siento?”
- “Yo no lo sé todo, pero estoy aquí para cuidarte, abrazarte y acompañarte”
- “Si te caes, yo estaré a tu lado”
- “Eres único y eso te convierte en alguien muy especial”
- “¿Hacemos un plan juntos?”
- “Me siento feliz a tu lado”
Artículo ofrecido por Ana Asensio, psicóloga y fundadora de Vidas en Positivo
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